Cómo enseñar a los niños a que sean compasivos con los demás
¿Qué es la compasión? La compasión es un valor que nos hace más sensibles y más humanos frente a las dificultades y los problemas de los demás. Es un Sentimiento de tristeza queproduce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar, remediar o evitar su dolor o sufrimiento. Es necesario enseñar al niño que sea compasivo ante la enfermedad, las penurias, las malas situaciones y realidades de otras personas. ¿Cómo educar a los niños a que sean compasivos? Despertar sentimientos de compasión en los niños
Cómo despertar sentimientos de compasión en los niños
Los padres así como los educadores son los responsables, en primera línea, en llevar a los niños a aprender de la compasión. Sigue algunos consejos de cómo educarles en la compasión:
1- Los cuentos infantiles son una buena vía para despertar sentimientos de compasión en los niños. Tenemos el cuento “Un conejo en la vía”, con lo que pueden empezar los padres y educadores.
2- Los padres deben enseñar valores como la compasión, con el ejemplo, siendo compasivos y haciendo visita y compañía a un vecino o amigo enfermo, o a los abuelos.
3- Los educadores también deben enseñar la compasión con el ejemplo, siendo compasivos con los alumnos que tienen problemas para aprender.
4- Es importante hablar a los niños sobre la compasión, sobre lo fundamental que es tender la mano a la persona que tenga alguna discapacidad o dificultad. Que no basta con sentir aflicción o pena, que hay que prestar ayuda y auxilio.
5- También hay que llevar a los niños a que sientan compasión por los que piden limosnas en las calles, por los que no tienen nada que comer, por los animales abandonados e indefensos... e intentar ayudarles de alguna forma.
6- Es recomendable trabajar la compasión también en actividades infantiles como los dibujos para colorear. Jugando también se aprende. Colorear o pintar dibujos que reflejen sentimientos y actitudes compasivos, puede ayudar a los niños a interiorizar este valor.
7- En los juegos, los niños también pueden despertar sentimientos de compasión hacia la decepción y la frustración sentida por los que perdieron la partida, como también hacia los que se cayeron o los que no pudieron, por algún impedimento, participar..
Una forma de fomentar la COMPASIÓN son los cuentos para niños... y aqui les dejamos uno muy bonito...
UN CONEJO EN LA VÍA....
Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía su hermano menor, Carlos. Iban de paseo con sus padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían sus nuevas cometas.
Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo con un brusco frenazo. Daniel oyó a su padre exclamar con voz ronca:
- ¡Oh, mi Dios, lo he atropellado!
El conejo en la vía Cuento infantil sobre la compasión
- ¿A quién, a quién?, le preguntó Daniel.
- No se preocupen, respondió su padre-. No es nada.
El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos enciendió la radio, empezó a sonar una canción de moda en los altavoces.
- Cantemos esta canción, dijo mirando a los niños en el asiento de atrás. La mamá comienzó a tararear una tonada. Pero Daniel miró por el vidrio trasero y vió tendido sobre la carretera el cuerpo de un conejo.
- Para el coche papi, gritó Daniel. Por favor, detente.
- ¿Para qué?, responde su padre.
- ¡El conejo, le dice, el conejo allí en la carretera, herido!
- Dejémoslo, dice la madre, es sólo un animal.
- No, no, para, para.
- Sí papi, no sigas - añade Carlitos-. Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de animales. Los dos niños estaban muy preocupados y tristes.
- Bueno, está bien- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando vuelta recogieronn al conejo herido.
Pero al reiniciar su viaje fueron detenidos un poco más adelante por una radiopatrulla de la policía vial, que les informó de que una gran roca había caído sobre la carretera por donde iban, cerrando el paso. Al enterarse de la emergencia, todos ayuaron a los policías a retirar la roca.
Gracias a la solidaridad de todos pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al veterinario, que curó la pata al conejo. Los papás de Daniel y carlos aceptaron a acogerlo en casa hasta que se curara
Unas semanas después toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque. Carlos y Daniel le dijeron adiós con pena, pero sabiendo que sería más feliz en libertad.
FIN
Cuento de Álvaro Jurado Nieto, Colombia
*Fondo por Vainica*
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