SER FRAGANCIA DE CRISTO EN EL MUNDO


"FRAGANCIAS DE CRISTO"

SER FRAGANCIAS DE CRISTO ES ESPARCIR SU FRAGANCIAS DONDE ESTÉS
EN EL LUGAR QUE TE ENCUENTRES CASA,TRABAJO, IGLESIA ,COLEGIO ,EN FACE,
EN TU RED SOCIAL FAVORITA DANDO
TESTIMONIO DE SU PRESENCIA EN TI
¿QUIERES SER TU FRAGANCIAS DE CRISTO?

A TODOS LOS QUE NOS DEJAN ENTRAR EN SU CORAZON
MUCHA PAZ Y AMOR .GRACIAS A LOS AMIGOS POR ESTAR SIEMPRE AHI DISPUESTOS A DAR,
QUE LA PAZ Y EL AMOR DE JESUS NOS SIGA HERMANANDO Y DERRAMANDO BENDICIONES A TODOS







Esperamos ser de Bendicion a tu vida, asi como tu lo seas a nuestras vidas. Te deseamos Un Lindo Dia


sagrado corazon de jesus

viernes, 3 de diciembre de 2010

VITAMOS A MARIA

[Virgen de la adopción (detalle) de Jean Dominic Ingres. 1858]





Dulce Madre, no te alejes,

tu vista de mi no apartes,
ven conmigo a todas partes
y solo nunca me dejes:
ya que Tú me quieres tanto
como verdadera madre,
haz que me bendigan el Padre.
el Hijo y el Espíritu Santo.




¡Dios te salve, Maria, llena eres de gracia, el Señor es contigo! ¡ Dios te salve, esperanza del indigente, Madre de los que no tienen madre! ¡Oh, Maria! Cuando mi corazón quebrantado gime, cuando mi alma está envuelta en tristeza y espanto, cuando el viento de las tentaciones se desencadena, cuando la tormenta de mis pasiones estalla en el corazón, cuando mis pecados me hayan cerrado las puertas del cielo y me hayan robado la amistad de mi Dios; en esta hora de tribulación y angustia, ¿a quién acudiré sino a tu Nombre bendito, bienaventurada María, consuelo de afligidos y refugio de pecadores?
¡Oh, Maria! Tú eres verdaderamente la Estrella del mar que salva a todos los que en él peligran, y levantan hacia Ti sus ojos. Te llamo hoy en mi socorro, ¡oh, misericordiosísima Madre de Dios! y corro hacia Ti con la confianza del niño que se refugia en los brazos de su madre. Ábreme los tuyos, dame el derecho de asilo en tu Corazón, dime esas dulces palabras: "No temas, soy tu abogada; hablaré por Ti; como una madre consuela a su hijo afligido, te consolaré". ¡Oh, Madre mía! Di estas palabras y la paz volverá a mi alma. Ven, ¡oh, Maria! ven, con la dulzura que te acompaña siempre, a visitarme en mis penas. Ven a reanimar mi valor, ven a traerme la gracia de Jesús, y que tu Nombre, lleno de gracia, sea con el Nombre de Jesús el último nombre que pronuncie en la tierra. Amén.


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