
¿Qué importa creer... si no se ama?
Seré crucificado en Mis discípulos cada vez que éstos soporten privaciones de reputación o bien claras ofensas a su sincero amor. Justamente estos dos puntos son los que los hacen semejantes a Mí, porque la obra del Sanedrín contra Mí fue precisamente la de privarme de la reputación crucificándome como un ladrón cualquiera en la Cruz, a la vista de todos. Yo que Soy el mayor honor concedido al pueblo judío, de este mismo pueblo debía recibir este ultraje. Y así, además sufrí amargura de parte de cuantos ofendieron Mi sincero amor, antes creyendo en El y luego despreciándolo.
Por eso les digo que Yo vuelvo a ser crucificado en Mis amados porque ellos, con su aceptación renuevan Mis penas.
Es mejor que les diga, sin velos, estas cosas porque son obstáculos tales que, mientras pueden acarrearles mucho bien podrían hacerlos desistir y volver atrás. Pero, ¿por quién volverían atrás? Por causa de algunos ciegos, como ustedes, que quieren clavarlos en una cruz de ignominia, o bien traicionan el amor sincero con el cual los benefician.
Es necesario que sepan estas cosas y deben considerarse para estar preparados a recibirlas, pues ¿qué importa el creer si no se ama? Creer solo no basta, hace falta amar, pero de verdad, porque en el amor está la salvación, en el amor reside todo bien ya sea suyo, ya Mío.
Son Mis discípulos, vasos elegidos en los que derramo la abundancia de dones Celestiales. Recíbanlos, porque Me darán gran contento. Ustedes no van arrastrados por la vía de Mi amor, los dejo libres siempre y libremente deben aceptar cuanto les He dicho. Pero, atentos, todo cae si se estancan, nada se puede hacer considerando las afrentas desde el lado de la justicia humana. Mi caridad, es decir Mi afecto por ustedes, está sobre la justicia del hombre y no atiende a ella. Lo mismo deben hacer ustedes, lo mismo deben pensar, oh elegidos Míos a quienes llegarán estás palabras. No se debilite su esfuerzo. Pídanme esto y se lo concederé.
Si en la vida mortal experimentan estas cosas, ténganse por privilegiados porque así es efectivamente en el Cielo, donde todo se ve en Mi luz divina. Son privilegiados cuando se les da ocasión de padecer, privilegiados como lo fui Yo al sufrir por ustedes.
Dénme su asentimiento modesta, pero firmemente. Son ya muchos siglos que se los pido. No tarden más.
Si todo el mundo pudiese contar cuántas bellezas hay puestas como base de Mis diversas manifestaciones, se oiría una música de alabanzas y de amor a Mí y cada cual quedaría consolado por sí y por los demás. Pero en el mundo rige la regla de las tinieblas y las criaturas no saben hablar de Mis bellezas de efusión hacia ellas. Por eso gran parte de Mi obra, no será conocida sino en el Cielo, ya concluida la salvación.
De cuando en cuando, salgo fuera de lo ordinario para darles la idea de que su situación no está cristalizada en las tinieblas, sino que se desarrolla en pos de determinadas metas, desconocidas a ustedes.
Cuánto aprecio la fe y la premio parcialmente en la tierra. Y los conflictos de hoy son los acontecimientos trascendentales del mañana, porque seguirme de verdad, significa poner como base de la propia existencia no cosas fáciles sino conflictos consigo mismo y con el mundo que los rodea. Tendré en cuenta justamente estos conflictos, porque Yo obro de manera muy distinta de la criatura, la cual trata de olvidar lo difícil y acomodarse en lo fácil. Pero al fin, de todo lo que han huido será lo que permanezca. Es decir: la Cruz temida, soportada con pena y, en todo caso, recibida con sentimientos de conflicto, será la única cosa que quede para dar testimonio de ustedes. Por tanto, la regla aunque no lógica directamente es: cada uno vale tanto cuanto sabe sufrir.
Mírenme, estúdienme en los sufrimientos, porque es un gran bien el conocerme en la Pasión Divina que Me quemó el alma. Vale mucho conocer para poder estimar y amar. Compréndanme, ustedes que son los preferidos de Mi amor doloroso. Valórenme, ustedes que han recibido Mis efusiones divinas. Sólo con la comprensión y la valoración de todo cuanto de Nosotros han recibido, tendrás la posibilidad de imitarme.


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