Eficacia de la oración.
Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Mt 7, 7-8).
Comentario:
No nos debemos cansar nunca de rezar, de orar, porque todo lo recibimos a través de la oración.
Si Jesús, que no tenía necesidad, quiso orar, y orar sin tregua. Si la Virgen, quiso también rezar noche y día para ser socorrida por Dios en las tentaciones y en las pruebas, siendo que Ella no tenía pecado original, ¿quiénes somos nosotros para no rezar? ¿Nos creemos acaso más fuertes que Jesús y que María?
Estamos en un gran peligro si no rezamos, porque todas las gracias y dones fluyen a nosotros a través de la oración, y el que no reza, poco a poco se va debilitando, va dejando de sentir gusto por las cosas de Dios, y antes o después termina apostatando de la fe y siendo un traidor a Dios y a los hermanos.
La oración aleja al demonio de nuestro lado y nos protege de todo mal, incluso físico.
Recemos mucho, todo lo que más podamos, especialmente con el Santo Rosario, porque hay que vigilar y orar para no entrar en tentación.
Recemos y estemos seguros de que Dios nos escucha. Porque si bien a veces no nos da lo que pedimos, siempre nos da lo necesario y aún mucho más. El Señor no nos defraudará jamás, confiemos en Él y pidamos con fe y confianza.
Jesús, en Vos confío.
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