SER FRAGANCIA DE CRISTO EN EL MUNDO


"FRAGANCIAS DE CRISTO"

SER FRAGANCIAS DE CRISTO ES ESPARCIR SU FRAGANCIAS DONDE ESTÉS
EN EL LUGAR QUE TE ENCUENTRES CASA,TRABAJO, IGLESIA ,COLEGIO ,EN FACE,
EN TU RED SOCIAL FAVORITA DANDO
TESTIMONIO DE SU PRESENCIA EN TI
¿QUIERES SER TU FRAGANCIAS DE CRISTO?

A TODOS LOS QUE NOS DEJAN ENTRAR EN SU CORAZON
MUCHA PAZ Y AMOR .GRACIAS A LOS AMIGOS POR ESTAR SIEMPRE AHI DISPUESTOS A DAR,
QUE LA PAZ Y EL AMOR DE JESUS NOS SIGA HERMANANDO Y DERRAMANDO BENDICIONES A TODOS







Esperamos ser de Bendicion a tu vida, asi como tu lo seas a nuestras vidas. Te deseamos Un Lindo Dia


sagrado corazon de jesus

lunes, 6 de septiembre de 2010

Transformémonos interiormente

Autor: Salvador Casadevall | Fuente: Catholic.net
Transformémonos interiormente
La persona que cambia puede equivocarse, pero la que no cambia nunca, puede estar viviendo toda su vida equivocadamente Y lo peor es que ni se entera.
 
Transformémonos interiormente
Transformémonos interiormente
Qué fácil es cambiar las cosas que están a nuestro alrededor.

Periódicamente no hay señora que no da vuelta los muebles del living. Se cambian los adornos. Si siempre estuvieran los mismos sería aburrido.
¿Y nuestra imagen externa? Me corto el pelo distinto, o me lo tiño o me dejo el bigote.
Todas estas cosas externas es relativamente fácil cambiarlo o transformarlo.

Pero.....y mi interior? ¿Mi ser interno de persona?
Porque a lo mejor tengo un sentimiento dentro mío que tengo que cambiar, que tengo que transformar.
Yo sé muy bien que a lo mejor hay un disfraz en mi vida de novio, en mi vida de esposo, en mi vida de cristiano y sé muy bien que tengo que cambiar.

Y..... ¿qué pasa? ¿Qué pasa que no cambio?
Porque es fácil cambiar los muebles de lugar o mi vestimenta, pero nada hago para cambiar esa cosa que sé que debería cambiar de mi vida.
¿Saben que es lo que pasa? ¿Se lo han preguntado?
Resulta que cuando uno se decide a cambiar siempre salen otras voces, internas nuestras, empezamos a oír otras voces que nos dicen, ¿por qué cambiar?. Es tan cómodo así.

Estas voces son dos actitudes incrustadas en nuestra vida.

El escapismo y la rutina.

¿En qué consiste el escapismo? El escapismo consiste en que cuando uno siente y descubre que hay algo que tengo que cambiar en mi vida uno inmediatamente escucha la voz del escapismo que dice: ¿yo voy a cambiar? No, Cambiaré cuando cambie el otro, cuando mi mujer cambie.
¿Por qué tengo que ser yo el que cambie? Eso es escapismo. Escapismo es cuando no hago lo que debo hacer yo y pongo por excusa que debe ser mi mujer la que debe cambiar. ¡Que cambie ella!! Cuando cambie ella, yo también voy a cambiar.
Esto es usar una excusa y escaparse del problema por eso lo llamo escapismo.

La Rutina

La otra voz es la rutina. La rutina es la voz que me dice: si todo está bien, si todo funciona, ¿por qué tengo que cambiar? Pero si nosotros somos un matrimonio que no tenemos ni un si ni un no. No hacemos mal a nadie, todo funciona, ¿para qué cambiar?
Esto es la voz de la rutina.

Y entonces nos abandonamos, nos arrutinamos.
No sé si la palabra existe en el diccionario.
Y aquello que me di cuenta que debía cambiar porque nos afectaba nuestra vida diaria de familia, pues no lo cambio porque me he apoltronado.

La rutina o monotonía es un peligro que acecha a todo matrimonio.
Los cónyuges se hallan sometidos a la rutina diaria, qué duda cabe, o a las necesidades del trabajo de él, o de la casa para ella y no les digo nada si los dos tienen que salir a trabajar afuera.
Hay un doble problema.

Quizás podríamos preguntarnos si hay remedios contra esa clase de peligros. Si, por supuesto que lo hay.
Piensen que el sentido de nuestra dependencia de Dios hará que la oración a nuestro Cristo Nupcial suplirá en muchos momentos nuestras debilidades humanas y nos ayudará a salir de esa rutina rejuveneciendo el amor.

Que quizás será distinto de aquel amor de los primeros años, pero si lo he cultivado, es un amor que está bien plantado y tendré que buscar la forma de rejuvenecerlo y que siga dando quizás un fruto distinto. Una manera distinta.

Que no deje nunca el marido de cortejar un poco a su mujer.
Uno sabe muy bien si le gusta una flor, si le gusta un chocolatín o si le gusta un helado.
Es cuestión de no olvidarse de estas pequeñas cositas que hacen agradables a la vida del otro y que en definitiva la hacen también agradable a la de nosotros dos.

Que la mujer trate siempre de atraerse al marido.
Muchas veces yo ya lo he dicho. ¿Saben cuál era la mejor virtud de mi mujer, Lydia? Que no la conocí desarreglada. Yo no pude saber cómo hubiera sido Lydia desarreglada.
Era una virtud, además de otras que tenía: era buena cocinera.
Huy dirán ustedes, que materialista: ya se acordó de la cocina.
¿Y qué hombre no le gusta y disfruta con una buena comida?
Ojo, y a Lydia, no le gustaba cocinar pero era muy buena cocinera y sabía muy bien lo que a mí me gustaba y si ella se tomaba la molestia de acordarse de lo que a mí me gustaba, yo también tenía que acordarme de lo que a ella le gustaba.

Las atenciones, las delicadezas, eso es lo que hace rejuvenecer el amor, por años que el amor tenga.

La fidelidad a tu matrimonio te está invitando a cambiar aquello que entorpece, aquello que desgasta, aquello que aleja y cuando más me dejo estar más al fondo me voy.

Un matrimonio se salva, no cuando toca fondo, porque si espero empezar a nadar cuando llego al fondo seguramente ya me habré ahogado. Tengo que empezar a dar manotazos antes de llegar al fondo.

En la vida de matrimonio tengo que empezar a nadar antes de llegar al fondo.

Amar es una decisión, no un sentimiento.
El amar es un ejercicio de jardinero.
Arranque lo que hace daño. Prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide.
Esté preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, más no por eso abandone el jardín.
Ame a su pareja, es decir, acéptela, valórela, respétela, dele afecto, y ternura, admírela y compréndela.
Y eso es todo……………

Monseñor Serra que durante muchos años nos acompañó en la animación de los Encuentros Conyugales, decía: nadie deja de amarse de golpe, es imposible que uno se acueste amándose y se levante no amándose. Los matrimonios se van desamando con el tiempo y en este ir desamándose primero de todo dejaron de respetarse.

Yo tardé muchos años en darme cuenta que allí al pié del altar el sacerdote nos había dicho que debíamos amarnos y respetarnos.
Somos muchos los que en aquellos primeros años solamente nos acordamos que nos habían dicho que debíamos amarnos ¿y el respetarnos?
Parecería que la palabra respetarse entró por una oreja y salió por la otra. Y el desamor que lleva a la ruptura a los matrimonios siempre, siempre…….. .....siempre empieza por faltarse el respeto.

Si tengo esto presente me daré cuenta enseguida de lo que tengo que sacar de mi interior, me daré cuenta de todo aquello que me estorba, me daré cuenta de todo aquello que dificulta mi unidad de familia.

No tengo más remedio que huir del escapismo y de la rutina y si hace años que vivo escapándome, la de cosas que se me habrán juntado y que yo sé muy bien que debería sacármelas de encima.

En mi intimidad sé muy bien lo que debería cambiar.
La persona que cambia puede equivocarse, pero la que no cambia nunca, puede estar viviendo toda su vida equivocadamente Y lo peor es que ni se entera.

Algunos pierden la felicidad en su corazón y la andan buscando por ahí. Buscan afuera lo que perdieron dentro. Solamente en el silencio del corazón se encuentra la felicidad perdida.
Esta es la situación del ser humano. Es capaz de mirar afuera e incapaz de mirar hacia adentro, es incapaz de ver dónde está y de descubrir para qué estoy aquí.
Todos piensan en cambiar el mundo pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo. (León Tolstoi)

Pregúntate ¿qué haré ahora? Que a este se le ha ocurrido hacerme recordar la de cosas que tengo inventariadas y que nunca me he decidido sacármelas de encima.

Y tendré que decidir, si seguir rutinariamente o decidirme a sacarme la modorra.
Si me decido, piensa, que nadie puede sacarse de encima las cosas, todas de golpe.
Pero si puedo decidirme por una.
Y te diré que busques la más fácil de todas.

¿Por qué?
Porque ello me dará entrenamiento para después atacar otras que seguramente son más difíciles.
Hay que hacer como los atletas: entrenarse. Empezar por lo fácil.

Recuerdo que una vez al finalizar una charla se me acercó una señora y me manifestó que mis palabras le habían convencido de cambiar algunas actitudes.

Me dijo: Señor, a partir de mañana voy a empezar a hacerle caso, voy a cambiar cosas de mi vida con respecto a la relación con mi esposo.
A partir de mañana le voy a volver a lavar la ropa.

Me quedé helado. Nunca pensé que en una relación de esposos pudiera haber una esposa que ni siquiera se preocupara el tener que lavarle la ropa al marido.
A que extremo de distanciamiento habían llegado, dos que se habían amado, que ni siquiera la ropa de él compartía el lavarropas con la de ella

Nunca dejen que cosas de la vida diaria distancien el uno del otro.
Recuerden que la felicidad de a dos es cuando se encuentran dos generosidades, aunque uno de ellos no lo merezca.
La felicidad no depende de lo que pasa alrededor nuestro, sino de lo que pasa dentro de nosotros mismos

Dice una canción:
Si no sabes ser feliz, nadie podrá enseñarte.
Si no sabes ser feliz, nadie te hará feliz.

Dejen que Dios meta la nariz en vuestra vida. ¿Cómo?
Haciendo tuyo su plan. ¿Qué dice este plan?

Todo lo que me acerca a mi conyugue, ES el Plan de Dios.
Todo lo que me aleja de mi conyugue, NO es el Plan de Dios.
Sencillo de entender, nada fácil de hacer

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