María, quiero que tu luz ilumine mi sendero,
que tu mano me guíe hacia la realización
de los ideales de mi vida,
que tu corazón me atraiga y me lleve
siempre a elegir lo que es de Dios.
María, acoge lo que hoy te entrego,
y no dejes que yo me aleje nunca de ti.
Que en ti encuentre siempre estímulo
para la lucha, apoyo en el desaliento,
sonrisa en la tristeza,
fuerza para seguir creyendo que Dios es amor,
que llama a ser amor,
a construir la nueva civilización del amor.
Amen.
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