SER FRAGANCIA DE CRISTO EN EL MUNDO


"FRAGANCIAS DE CRISTO"

SER FRAGANCIAS DE CRISTO ES ESPARCIR SU FRAGANCIAS DONDE ESTÉS
EN EL LUGAR QUE TE ENCUENTRES CASA,TRABAJO, IGLESIA ,COLEGIO ,EN FACE,
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TESTIMONIO DE SU PRESENCIA EN TI
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A TODOS LOS QUE NOS DEJAN ENTRAR EN SU CORAZON
MUCHA PAZ Y AMOR .GRACIAS A LOS AMIGOS POR ESTAR SIEMPRE AHI DISPUESTOS A DAR,
QUE LA PAZ Y EL AMOR DE JESUS NOS SIGA HERMANANDO Y DERRAMANDO BENDICIONES A TODOS







Esperamos ser de Bendicion a tu vida, asi como tu lo seas a nuestras vidas. Te deseamos Un Lindo Dia


sagrado corazon de jesus

jueves, 27 de diciembre de 2012

Cómo enseñar con el corazón

 
 
 
 
 
 
 
 
     
 
   
Cómo enseñar 
con el corazón   
 

Pedrito y su maestra favorita 
Esta es la historia de una maestra de escuela primaria, la señora López, y cómo aprendió 
a enseñar con el corazón. El primer día de clases mintió a sus alumnos de quinto grado. 
Como casi toda maestra, miró a sus alumnos y dijo que los amaba a todos por igual. Pero 
eso era imposible, porque en la primera fila, encogido en su asiento, estaba Pedrito. La 
maestra había observado a Pedrito el año anterior y se había fijado que él no jugaba con 
los demás, que su ropa estaba sucia y que siempre parecía necesitar de un baño. Pedrito 
no era un niño que atraía la atención. Tal era la antipatía que sentía la maestra López 
hacia este niño que le complacía marcar los exámenes con letra roja gruesa, tachando con 
una equis grande los errores, y escribiendo “desaprobado” cuando las respuestas eran 
incorrectas. 
En la escuela donde trabajaba la señora López exigían que los maestros estudiaran los 
informes escritos acerca de los alumnos en años pasados. Ella dejó hasta el último el 
archivo con los datos de Pedrito. No obstante, cuando revisó la documentación acerca del 
niño, se sorprendió. La profesora del primer grado había escrito: “Pedrito es un niño muy 
inteligente, siempre risueño. Cumple con cuidado sus tareas y es muy bien educado en el 
trato. Es una dicha tenerlo en la clase.” Su maestra del segundo grado había escrito: 
“Pedrito es un alumno sobresaliente, muy querido por sus compañeros de clase; pero 
presenta problemas porque su madre sufre de una enfermedad incurable y su vida 
hogareña es inestable.” Su maestra del tercer grado había escrito: “La muerte de su madre 
lo ha afectado mucho. Trata de hacer sus tareas y cumplir con sus estudios pero su padre 
no le da mucho apoyo. Pronto su vida de hogar lo va a afectar negativamente si nadie 
presta atención y lo ayuda.” La maestra del cuarto grado había escrito: “Pedrito es 
retraído y no muestra interés en los estudios. No tiene muchos amigos y a veces se queda 
dormido durante la clase.” 
Después de leer estos informes la maestra López comprendió el problema y se sintió muy 
avergonzada. Se sintió aún más avergonzada cuando los alumnos le trajeron regalos de 
Navidad envueltos en papeles coloridos, excepto Pedrito, que le dio un regalo envuelto en 
papel de despacho usado. Ella dedicó un poco más de atención a ese paquete al abrirlo. 
Algunos de los niños se rieron cuando vieron el contenido: una pulsera de imitación a la 
que le faltaban algunos de los diamantes falsos y un frasco de perfume medio vacío. Pero 
hizo callar las burlas cuando se puso la pulsera y expresó cuánto le gustaba ese regalo, y 
cuando también se puso un poco del perfume. Pedrito se quedó después de la salida para 
decirle a la maestra: “Hoy día usted olía igual a mi mamá.” 
Después que se fueron los niños la maestra lloró como una hora. Ese mismo día dejó de 
enseñar rutinariamente la lectura, la escritura y las matemáticas. Más bien, empezó a 
enseñar con el corazón. La señora López prestó atención especial a Pedrito. Cuanto más 
atención le dedicaba, tanto más se abría la mente del niño. Cuanto más lo animaba, tanto 
más avanzaba en los estudios. Al final del año, Pedrito era uno de los alumnos más 
aplicados de la clase, y a pesar de la mentira de que ella amaba a todos por igual, Pedrito 
llegó a ser su alumno favorito. Un año más tarde, encontró un sobre debajo de la puerta. Era una nota de Pedrito en que 
le decía que ella era la mejor maestra que jamás había tenido. 
Pasaron seis años y volvió a recibir una nota de Pedrito. Éste le escribía que había 
terminado la secundaria, en tercer puesto, y que ella seguía siendo la mejor maestra que 
jamás había tenido. 
Cuatro años más tarde, recibió otra carta, en la que Pedrito le contaba que aunque había 
sido difícil hacerlo, había seguido sus estudios. Pronto se iba a graduar con calificaciones 
sobresalientes. Le aseguró que ella seguía siendo su mejor maestra y la favorita de 
siempre. 
Pasaron otros cuatro años y llegó otra carta. Pedrito le explicaba que después de su 
bachillerato había decidido cursar más estudios. La carta decía que ella seguía siendo su 
maestra favorita, y llevaba una firma más sofisticada: Dr. Pedro Monroy. 
Pero todavía no termina la historia. Esa primavera llegó aun otra carta. Pedro le contaba 
que tenía novia y que se iba a casar. Le decía que su padre había muerto hace dos años y 
le pedía a la señora López que tomara el lugar en la boda que hubiera ocupado su madre. 
Por supuesto, la señora López aceptó. ¿Y sabe qué? Se puso la pulsera de imitación con 
los diamantes falsos y el perfume que Pedro recordaba desde la última Navidad que pasó 
con su madre. Se abrazaron, y el doctor Pedro Monroy le susurró al oído: 
--Gracias, señora López, por creer en mí. Gracias por hacerme sentir importante y por 
mostrarme que puedo influir en los demás con mi vida. 
Con lágrimas en los ojos, la señora López le dijo: 
--No, Pedrito, es todo lo contrario. Tú fuiste el que me enseñó que yo podía influir en la 
vida de mis alumnos. Antes que fueras mi alumno, yo no sabía enseñar. 
 
 
 
 
 *Fondo por Vainica*
 
 

 

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