SER FRAGANCIA DE CRISTO EN EL MUNDO


"FRAGANCIAS DE CRISTO"

SER FRAGANCIAS DE CRISTO ES ESPARCIR SU FRAGANCIAS DONDE ESTÉS
EN EL LUGAR QUE TE ENCUENTRES CASA,TRABAJO, IGLESIA ,COLEGIO ,EN FACE,
EN TU RED SOCIAL FAVORITA DANDO
TESTIMONIO DE SU PRESENCIA EN TI
¿QUIERES SER TU FRAGANCIAS DE CRISTO?

A TODOS LOS QUE NOS DEJAN ENTRAR EN SU CORAZON
MUCHA PAZ Y AMOR .GRACIAS A LOS AMIGOS POR ESTAR SIEMPRE AHI DISPUESTOS A DAR,
QUE LA PAZ Y EL AMOR DE JESUS NOS SIGA HERMANANDO Y DERRAMANDO BENDICIONES A TODOS







Esperamos ser de Bendicion a tu vida, asi como tu lo seas a nuestras vidas. Te deseamos Un Lindo Dia


sagrado corazon de jesus

sábado, 29 de marzo de 2014

 LA BOLSA DEL MENDIGO
  
Un emperador estaba a punto de salir de su palacio para dar un paseo matutino, cuando a las puertas del mismo, se encontró con un mendigo.
Esperando le pidiera una limosna, le preguntó: ¿Qué quieres?
El mendigo le miró y le dijo: Me preguntas de una manera… como si pudieras satisfacer todos mis deseos.
El emperador le respondió: -Por supuesto que puedo satisface tus deseos.¿Cuál es?
Y el mendigo le dijo: Piensa dos veces antes de prometer.
El emperador, comenzó a molestarse y le insistió: Te daré cualquier cosa que me pidas. Soy una persona muy poderosa y rica. ¿Qué puedes desear que yo no pueda darte?
El mendigo le dijo: Es un deseo muy simple. ¿Ves esta botella que llevo conmigo? ¿Puedes llenarla con algo valioso?
Por supuesto, dijo el emperador. Y llamó a uno de sus servidores y le dijo: Llena de dinero la bolsa de este hombre.
El servidor lo hizo y el dinero, apenas echado en la bolsa, desapareció.
Echó más y más y desaparecía al instante.
La bolsa del mendigo estaba siempre vacía.
El rumor de esta escena corrió rápidamente por toda la ciudad y entonces una gran multitud se reunió en el lugar, poniendo en juego el prestigio del emperador.
Entonces el emperador le dijo a sus servidores: Estoy dispuesto a perder mi reino entero, pero este mendigo no se va a salir con la suya, ya que me dejaría en ridículo frente al pueblo.
Diamantes, perlas, esmeraldas… uno a uno los tesoros del emperador iban cayendo en la bolsa, la cual parecía no tener fondo.
Todo lo que se echaba en ella desaparecía inmediatamente.
Era el atardecer y habiendo quedado el emperador ya sin ninguna cosa que meter en la bolsa del mendigo (habiendo llegado incluso a desprenderse de joyas que habían pertenecido a su familia por siglos), se tiró a los pies del mendigo y, admitiendo su derrota, le dijo: Has ganado, pero antes de que te vayas, satisface mi curiosidad: ¿cuál es el secreto de tu bolsa?
El mendigo le dijo: ¿El secreto? Es que está hecha de deseos humanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vengo del Blog de Marían (Amar y haced Amar) y me ha encantado tu Espacio; por lo cual, si no te importa, me hago seguidor de tu bello Rincón.
Abrazos.